En los últimos años, la medicina regenerativa ha revolucionado el campo de la salud, ofreciendo nuevas alternativas para tratar lesiones y enfermedades de manera más efectiva.
Uno de los enfoques más prometedores dentro de este campo es la Ortobiología o Traumatología Regenerativa (“Regenerative Orthopedics”), una disciplina que utiliza los recursos biológicos propios del organismo para estimular la regeneración de tejidos.
La ortobiología se basa en la idea de que el cuerpo humano tiene la capacidad innata de curarse a sí mismo. Mediante la aplicación de terapias y técnicas específicas, se busca potenciar esta capacidad regenerativa y acelerar el proceso de curación.
Se basa en la modulación de las fases naturales de curación de los tejidos: respetando la fase inflamatoria inicial y potenciando la fase de regeneración.
Uno de los pilares fundamentales de la ortobiología es el uso de citoquinas y factores de crecimiento: sustancias presentes en el organismo que estimulan la proliferación celular y la formación de nuevos tejidos sanos.
No se trata de producir una “cicatriz” que repare la lesión, pero con peor calidad del tejido, sino de producir tejido nuevo sano.
Hay lesiones como roturas de ligamentos, desgarros musculares y lesiones en el cartílago articular, que antes requerían intervenciones quirúrgicas invasivas, y muchas veces ineficaces, ahora pueden tratarse de manera menos invasiva y más natural.
Los factores de crecimiento y citoquinas se utilizan en forma de inyecciones en la zona afectada, de forma idónea se aplican guiando las infiltraciones mediante Rayos X o Ultrasonidos (ecógrafo) estimulando la reparación y regeneración de los tejidos dañados.
Además de los factores de crecimiento, la ortobiología también se vale de otras técnicas y terapias para promover la curación y regeneración: una de ellas es la terapia con células madre mesenquimales, que consiste en utilizar células madre sanas del propio paciente para reparar los tejidos dañados. Estas células tienen la capacidad de diferenciarse en diferentes tipos de células,se reproducen a sí mismas y emiten citoquinas y factores de crecimiento para estimular a otras células, lo que las convierte en una herramienta de alto valor en el proceso de regeneración.
Una técnica utilizada ampliamente en la ortobiología es la terapia con plasma rico en plaquetas (PRP), que contiene factores de crecimiento. Las plaquetas forman parte de la primera etapa de curación natural de una herida, evitando el sangrado y “llamando” a otras células para que participen en el proceso de “limpieza” y reparación de la lesión. El PRP se obtiene a partir de la extracción de sangre del paciente, que luego se centrifuga para separar los componentes y se concentran las plaquetas, que contienen gránulos que contienen factores de crecimiento, después se inyecta en la zona afectada, estimulando la regeneración de los tejidos.
Es muy probable que puedas volver a usar tu articulación como antes de lesionarte (y sin operarte)
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