-Doctor, me han puesto células madre en la rodilla.
-¿De dónde?
-No lo sé.
Madre mía, pienso. ¿Qué le habrán puesto a esta criatura?
Esta situación la vivo en consulta a diario.
A ver si nos aclaramos un poco:
En general, llamamos células madre mesenquimales a células que están presentes en los tejidos de nuestro cuerpo y pueden convertirse en grasa, músculo, hueso, tendón o cartílago, y se activan para regenerar las lesiones o el deterioro de los tejidos.
Esta capacidad podemos aprovecharla transplantando células madre mesenquimales de unos tejidos sanos a otros que están dañados.
Además, estas células secretan sustancias llamadas citoquinas y factores de crecimiento que son como mensajes que regulan la reproducción, función y diferenciación de las células.
También pueden reproducirse en otras células madre mesenquimales.
Por otra parte, están las plaquetas, que son las células que llegan primero a las lesiones para formar un coágulo que tapona la herida y evitar que te desangres, y que además son como “saquitos” llenos de factores de crecimiento que actúan con otras células.
Las plaquetas se obtienen de la sangre, y probablemente es lo que te hayan puesto como tratamiento regenerativo, pues su uso es más habitual. NO son células madre.
Las células madre y las plaquetas son cosas diferentes, pero complementarias.
Las células madre mesenquimales las podemos obtener de la grasa o del hueso del paciente, y también de la sangre, pero es menos habitual, aunque se puede.
En inglés, que es en la lengua en la que se escriben casi todos los articulos científicos, las Células Madre se llaman “Stem Cells”. “Stem” en inglés quiere decir “vástago”, “tallo” o “tronco”.
Esto se lo expliqué a mi niño de 8 años y así es cómo lo ve:
https://youtube.com/shorts/YQyTGAE3g7A?feature=share
Bueno, parece que vamos bien, que mi niño lo ha entendido.
Además, de las células madre mesenquimales que usamos los traumatólogos, hay otros tipos de células madre, según su capacidad de diferenciarse, de las que te hablaré otro día.
El caso es que uno de los descubridores de las células madre en lo años 90 del siglo pasado :el Dr Arnold Caplan, en 2013 quiso enfatizar la capacidad de las células para actuar sobre las otras sobre su capacidad para convertirse en ellas, proponiendo que se llamen “Células de señalización medicinal” (MSC)
Es decir, Caplan, que sería el “Padre”de las “Células Madre”, quiere que las células madre dejen de ser llamadas madres.
Es un poco triste si lo lees es español, y hasta puede sonar a opresión heteropatriarcal y todo eso, pero recordad que en inglés “stem” es tronco, y no “mamá”, así que no suena tan triste.
El caso es que cuando se hacen estudios de animales (ratas, pobrecillas) en laboratorio, se usan células madre para cultivarlas y se pierden ciertas capacidades que tienen las células en su estado natural (sobre todo por que muchas veces se usan células “alogénicas” que quiere decir que son de otras ratas, no de la misma, y el sistema inmunitario de la rata receptora inteerfiere en su capacidad de diferenciación pero no se afecta tanto la secreción de citoquinas y otros mensajeros (esto se llama “mecanismo paracrino”).
Pero tal como usamos en la práctica clínica las MSC, que es usando concentrados celulares con mínima manipulación y transplantadas al mismo paciente (células “autólogas”), estas mantienen muchas de sus propiedades de diferenciación a otras células, además de los mecanismos paracrinos.
¿Así que las células madres sí que son madres?
Bueno, esto que te he contado es un debate abierto y causa de acalorados enfrentamientos entre sesudos científicos con largas barbas y batas blancas.
El caso es que funcionan, y muy bien.
Las llamen como las llamen.
Es muy probable que puedas volver a usar tu articulación como antes de lesionarte (y sin operarte)
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