¿Se pueden usar células madre extraídas de tu propia sangre?
Normalmente en Traumatología Regenerativa las “células madre” mesenquimales (el término correcto es “células de señalización medicinal”) las extraemos del hueso de la pelvis del propio paciente o de su grasa.
Si has escuchado que a alguien le han tratado con “células” extraídas de su sangre, en realidad más probable es que no se trate de “células madre”, sino de plasma rico en plaquetas, que son “saquitos” que contienen moléculas que ayudan a la curación de los tejidos.
Pero también es posible obtener “células madre” , mucho más eficaces para la curación, a partir de una simple extracción de sangre: se trata de obtener “Monocitos”, que son células “durmientes” que se activan cunado hay una lesión y se convierten en otras células y ayudan a otros tipos celulares para permitir la reparación.
Monocitos y su Importancia en la OrtoBiología
En el vasto mundo de la medicina, la ortobiología representa una rama apasionante y en constante evolución que utiliza las propias células y proteínas del cuerpo para promover la regeneración y curación de tejidos.
Como traumatólogo experto en medicina regenerativa, es crucial que nuestros pacientes comprendan cómo ciertos componentes de su sangre, específicamente los monocitos, juegan un papel vital en este proceso.
¿Qué son los Monocitos?
Los monocitos son un tipo de glóbulo blanco que forma parte del sistema inmunológico. Estas células tienen como función primordial combatir infecciones y desempeñar un papel en la respuesta inflamatoria del cuerpo.
Sin embargo, no solo se limitan a eso: también son precursores de otras células, como los macrófagos y las células dendríticas, esenciales en la reparación y regeneración de tejidos.
En circunstancias normales, los monocitos circulan en la sangre durante varias horas o días antes de migrar a los tejidos, donde se diferencian y maduran en estas otras células especializadas.
Este proceso les permite abordar y eliminar patógenos, así como limpiar los desechos celulares y ayudar en la reparación de tejidos dañados.
Monocitos en OrtoBiología
Dado que la ortobiología se centra en aprovechar los componentes naturales del cuerpo para la regeneración de tejidos, los monocitos y sus células derivadas son de especial interés en esta área.
Al tratarse de afecciones ortopédicas, como lesiones articulares, tendinosas o ligamentosas, los monocitos pueden ser utilizados de varias maneras:
- Preparados Autólogos: En algunos tratamientos, se extrae sangre del paciente y se procesa para concentrar y separar sus componentes.
Al hacer esto, podemos obtener una concentración mayor de monocitos, que, una vez reinyectados en el área lesionada, puede acelerar la respuesta regenerativa.
- Modulación de la Respuesta Inflamatoria: Dado que los monocitos y sus células derivadas juegan un papel en la inflamación, su uso adecuado puede ayudar a modularte esta respuesta.
En lugar de una inflamación crónica y dañina, se busca una inflamación controlada y beneficiosa que pueda favorecer la curación.
- Estímulo para la Diferenciación: En el sitio de la lesión, los monocitos pueden diferenciarse en células especializadas que asisten en la regeneración, como los macrófagos. Estas células tienen la capacidad de liberar factores de crecimiento y otras moléculas que promueven la formación de nuevo tejido.
Los monocitos, aunque son un componente del sistema inmunológico, tienen un potencial significativo en la medicina regenerativa
A través de técnicas modernas, podemos canalizar sus capacidades naturales para favorecer la regeneración y recuperación de tejidos.
Es muy probable que puedas volver a usar tu articulación como antes de lesionarte (y sin operarte)
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